jueves, 24 de marzo de 2011

Estilos Arquitectónicos y Lenguajes Decorativos

La arquitectura como toda disciplina creativa tiene diferentes estilos. Cada estilo es una respuesta a la convención que representa su antecedente y tiene un toque de originalidad hasta que este también se vuelva convención, no obstante siempre tendrá algún remanente de individualidad. Estos estilos se dan a conocer mediante los sistemas de detalles o decoraciones que existen en toda obra. Muchas personas dicen que los ornamentos y decoraciones son de naturaleza puramente estética, pero este no es el caso. Al contrario es mediante estos sistemas o lenguajes que la obra va tomando forma y recibe una especie de vida propia de carácter personal irrepetible, pero el sentido estético está ahí ya que los detalles están ahí para que la obra resalte y sea agradable a algunas sensibilidades particulares. También los detalles se cercioran de presentar un lado artístico y creativo a la obra arquitectónica que igual que en la literatura o cualquier otro medio te comunica una opinión o experiencia.

Los ornamentos son partes especificas de un lenguaje decorativo y solos no tienen ningún sentido lógico, sin embargo, si el arquitecto los usa de una forma ordenada les puede brindar una especie de ritmo convirtiéndolo así en un sistema decorativo. Las distintas posibles combinaciones de decoraciones son lo que hace posible que existan diferentes estilos. El arquitecto se debe encargar de aprender a seguir la convención o movimiento del momento o  de poder crear sus propios ritmos en las decoraciones. No se debe permitir crear una obra con una “métrica” tan dañada que solo la entiende el arquitecto (el creador) ya que el lenguaje ornamental está hecho para comunicar. Es posible obtener un estilo que no le agrade a un grupo de personas, pero la clave está en que sea respetable si el “ritmo ornamental” está bien hecho la obra cobrara significado por si sola.

Los estilos eran escuelas o movimientos decorativos antes de cambiar a una definición más personal e individual. Las diferentes culturas del pasado han tenidos sus propios lenguajes decorativos. Estas son una recopilación sistematizada de tal manera que ha creado a uno de los movimientos previamente mencionados. Usualmente  un lenguaje decorativo en específico empieza como un estilo nuevo y original, coge auge, se convierte en normativa y luego la convención es rota por un estilo nuevo. Esta constante “renovación” de la forma de pensar del público, este  intento de alejarlos del modelo se refleja en la sociedad humana en varios campos (se ve en la lucha de clase de Marx), pues es propiedad intrínseca del ser humano.

Al igual que “Baraka” nos enseñó muchas de las cosas que tenemos en común como seres humanos, “The Mission” nos enseña la otra cara de la moneda. Las diferencias entre sistemas culturales y lingüísticos de las dos poblaciones de humanos en la película reflejan a las de cualquier movimiento viejo y un estilo insurgente. El arquitecto debe entender por completo a los sistemas de ornamentación pues la composición de estos define el tipo de estructura que se puede hacer entre otras cosas. Por ejemplo las columnas de madera de los etruscos determinaban la forma de sus templos. Es por esto que el arquitecto debe reconciliar a los distintos lenguajes decorativos para hacer estructuras más complejas que todavía mantenga un “ritmo”.



Función de Sistemas: Espacial y Material

La arquitectura, puesta en práctica, es la reconciliación de dos sistemas: el espacial y el material. El arquitecto debe de cumplir con unos requisitos que dependen del tipo de estructura mediante el juego con las posibles combinaciones de estos sistemas para crear una obra completa, matizada con su personalidad, pero que todavía cumple con su propósito. Esto quiere decir que si el arquitecto no encuentra balance entre ambos sistemas no alcanzará hacer una obra efectiva que lo satisfaga a él y mucho menos al que luego la utilizará. No se pueden crear espacios ni obras efectivas sin antes tener en mente como vas a entrelazar a estos dos sistemas tan importantes.

El sistema material es el más simple de entender,  simplemente consiste de los materiales y objetos físicos con los que se construyen a una estructura.  Aunque simple de entender se necesita cierto conocimiento  estructural antes de poder hacer una buena casa u obra. No basta con solo diseñar una casa con fachada x, losetas y o jardín z. El arquitecto se debe cerciorar de tomar en cuenta las necesidades de la construcción sean limites creados por el lugar en donde se construye o las necesidades y deseos más específicas de los que usarán a la estructura más tarde.  En el caso de una vivienda el sistema material se debe utilizar de tal modo que el dueño esté o no expuesto a los elementos.  Las decisiones que toma el arquitecto respecto al sistema material determinan el carácter de la estructura, sus detalles y sus propiedades.

Por otro lado el sistema espacial está definido por volúmenes, superficies y suspensión. Este se puede definir como el espacio negativo que ya contiene una estructura y el positivo (tiene más potencial) que esta vacio. Al construir un edificio se suele pensar solo en la fachada y en los materiales o en hacer una construcción genérica sin un sentido lógico en su diseño esto deja a sus adentros completamente vacios y sin un orden en específico. Esto no puede ser permitido ya que el sistema espacial también define a una obra arquitectónica un edificio, como cualquier objeto, se define tanto por lo que tiene (espacios negativos rellenados con el sistema material) como con lo que le falta (espacio positivo). No puedes pensar y mucho menos usar una copa o vaso, estructura importantísima para nuestro  día a día, sin tomar en cuenta el espacio vacío en donde pones el líquido. Este espacio “vacio” define la importancia del sistema espacial y contiene todo el potencial para cambio de la obra y es el que luego controla el o los habitantes del edificio. El arquitecto entonces se encarga de establecer cuál va a ser la forma  y función de los espacios, eso sí pensando en su uso futuro.

Los sistemas tienen diversos usos y funciones desde marcar estilos (simétricos, circulares, etc.) hasta marcar la funcionalidad y estética de la obra. Estos deben trabajar en conjunto ya que sus límites se definen entre si  y ayudan también a definir aspectos de la obra arquitectónica como el flujo de personas cuando entran, entre otras cosas. En fin toda obra arquitectónica se define primero por su reconciliación particular entre sistemas y luego por los detalles y ornamentos, por ende el arquitecto nunca debe perder de vista el balance requerido (por los materiales, cliente u otro) y proyectado (por si mismo).



jueves, 10 de marzo de 2011

Diseño- ¿En que consiste?

Se ha definido al diseño de varias formas- ¿Es crear arte? ¿Tecnología? ¿Un edificio o acaso un sándwich? Pues definir al diseño como tal no es tan fácil como parece, pero generalmente se puede llegar al consenso de que el diseño es parte intrínseca de la vida de todos. El mero hecho de resolver un problema, planificar una cena o cualquier otra cosa es diseño. Aunque el uso del diseño es común tiene una parte creativa y una analítica, es decir que solo personas que tienen ambos dotes pueden llevar al diseño a su máxima expresión. En esto el arquitecto, que es aquel que alcanza el balance entre estos, se ve enfrentado a hacer uso del diseño en su máxima expresión para hacer sus obras.

El diseño es un acto, acompañado por un sentido de lucidez o epifanía, en donde se analiza una situación o problema y se buscan soluciones o alternativas a este. El diseño pretende enfrentar a un problema, establecer que creaciones mejores lo resuelven y con qué limites se está trabajando. Los detalles que se usan para completar al diseño siempre le dan un toque de individualidad en especial si se hacen con un sentido lógico, una especie de contexto, innato a la obra o a aquel que la mira. Es este contexto el que le da propósito a la obra pues un conjunto de detalles, soluciones y materiales al azar va a evocar nada de nadie. Es la estructura, sea sutil o conspicua, en una obra lo cual finalmente une a todos sus elementos. Para que esto suceda el diseñador tiene que pensar en todos los aspectos y cubrir todas las bases  del problema o diseño no cruzar sus dedos y desear que todo caiga en su lugar. 

En el caso del arquitecto el problema es casi siempre ¿qué tipo de estructura se debería hacer aquí? La contestación es más variada y depende de las sensibilidades específicas del arquitecto, pero su metodología es la misma. Estudian el espacio, establecen un contexto con este y lo que se tiene intención de crear. Luego de esto planifican a gran detalle cómo va a ser la obra. ¿Hará este uso de su propia energía? ¿Qué color tendrá?  ¿Irá a tono con el resto de las construcciones, con su alrededor o con ambos? ¿Es viable? Para lograr esto el arquitecto toma cuidado de que materiales usa y si sus detalles están a tono con lo que le pide el cliente, lo que necesita el público y lo que se imagina él.

Los arquitectos adeptos en la máxima expresión del diseño se han puesto a cambiar al mundo. Con una habilidad accesible a todos se han encargado en resolver una variedad de problemas. Sus diseños no se limitan a la estructura y propósito inmediato de un edificio, sino que ahora procuran resolver problemas de energía, vivienda y de otras índoles, eso sí, sin exceder sus límites. El diseño entonces se puede decir que es creación que busca resolver un problema y aunque requiere el uso de diversas facultades mentales es algo que hacemos todos los días. Entonces ¿Por qué no ponemos esa habilidad para el uso social y de una vez le ponemos fin a varios problemas?



El lugar y la inmovilidad substancial

La gestión arquitectónica está ligada al “lugar” en que se hace. El concepto de la “inmovilidad substancial” comprueba esto ya que requiere atar a lo antes intangible, las ideas, a un plano material. Si las ideas no se ejecutan no se podrá apreciar su verdadero valor por eso el “lugar” es indispensable para poder concretizar y con ello finalizar cualquier objeto arquitectónico. No se puede obtener una obra arquitectónica que no hace uso pleno de las cualidades de un “lugar”. Al no tener en cuenta a los espacios usados se le da una especie de incongruencia a la obra que no está a la par con el deber de un arquitecto.

Plasmar una estructura en su debido espacio lo define dentro de la “inmovilidad substancial” y le da la transcendencia artística que se merece.  El lugar o solar se ve simplemente como el sitio en donde se va a poner la estructura y no se considera como otro detalle, otro material o en algunos casos el propósito mismo de la obra. Esto es un error inherente en los actos pasados de nuestras sociedades y algunos constructores, digo constructores porque el arquitecto debería promover el uso de la naturaleza como obra. Algunos como Rafael Moneo se aseguran de considerar a los alrededores de su obra y usar el paisaje como una extensión de ella.

Si pensamos en términos “inmovilidad substancial” estamos listos para comprender que el suelo tiene su propia identidad. Como se piensan ahora estos espacios ya no tienen sus propias matices y significados complejos, se definen solo por lo que está encima de ellos. Si tu “lugar” contiene un bosque, lo cortas y haces diez edificios sin individualidad como obra, pero uniformes en su afronte a la arquitectura y la naturaleza. El paso a seguir seria encontrar una forma de integrar a ese bosque a los planos de tu edificio. ¿Se haría un jardín dentro del mismo edificio? ¿Sería el bosque parte de la vista y por ende parte del atractivo del edificio? Todas cosas que se deberían considerar cuando un arquitecto va a hacer a un espacio suyo, pero sin dejar de reconocer la identidad del “lugar” mismo.

 En la arquitectura siempre se debe considerar al lugar muchas veces ignorado por los constructores y personas que ordenan la construcción de tal o cual edificio. Este representa el primer y último detalle de la obra ya que estas cambian depende en donde se construyen y solo si se acoplan a su alrededor es que logra el nivel deseado. En fin en un mundo donde la globalización pide uniformidad y conformidad al medio ambiente, la arquitectura renueva espacios sin quitarles su identidad. En vez de moldear al ambiente, dañándolo en el proceso, se moldea a la obra para que complemente al lugar en donde se hace logrando así la “inmovilidad substancial”.



La Arquitectura Redefinida

La arquitectura como disciplina es multifacética, no se limita a hacer trabajos de estética ni ha solo crear edificios pragmáticos que resuelvan a algún problema inmediato. En vez la arquitectura se ha encargado de evolucionar de forma que pueda satisfacer todos nuestros requisitos como sociedad, como individuos y como parte de la naturaleza. Los espacios creados por la arquitectura están hechos para reflejar y a la vez afectar su entorno, ya no están atados a crear miles de viviendas sin pensar en las consecuencias para  disminuir costos, sin embargo, aumentando problemas. 

Los arquitectos contemporáneos tienen como tarea redefinir el concepto de arquitectura, o por lo menos el concepto público. Los políticos y la persona común ven al arquitecto como aquel que decora el exterior de la casa, está ahí para asuntos de estética y solo es para los que lo pueden pagar. Aunque bien es cierto que muchos se conformaron con dejar a la arquitectura en este estado, la sociedad se ha enfrentado a las consecuencias de sus actos y piden un cambio que solo se hará posible redefiniendo lo que es un edificio. ¿Para quién es? ¿Será accesible para todos? ¿Podremos reutilizar los materiales usados? Estas son las preguntas que ahora guían al arquitecto a hacer las estructuras del futuro que sirvan a todos, sin importar impedimento, raza o especie, por igual.

Y bien exactamente ¿cuáles son estos cambios? William McDonough, entre otros, piden y construyen estructuras que coexisten en armonía con nuestros alrededores aquellas cuya existencia no libera una gran cantidad de gases de invernadero o que despilfarre energía. Construyen casas que integran al medio ambiente como parte de sus detalles estéticos y también sacan provecho de este para funciones más prácticas. Otros como Enrique Rovira-Beleta que buscan hacer espacios, tanto privados como públicos, accesibles y cómodos para aquellos con impedimentos, pero a su vez logran hacer que los mismos espacios brinden una mejor experiencia para el resto de la sociedad.

Con esto comprobamos que la función del arquitecto se ha redefinido, ya no es cosa de simple estética de ricos. Eso sí, la estética no es un ejercicio inútil sino parte del propósito de una estructura, pero no es el único deber del arquitecto. Este funciona mejor cuando mezcla su mente creativa con su mente analítica y logra resolver una crisis de energía con una estructura verdaderamente artística. Las nuevas formas de ver el propósito de las estructuras dan paso a muchos beneficios y mucha diversidad.  En fin se puede decir que pensar “out of the box” no es solo algo que hacen algunos arquitectos, pero ahora es parte de la descripción del trabajo.


viernes, 4 de marzo de 2011

Cultura y Sonidos: Baraka

En el documental “Baraka” se presenta a la humanidad en todos sus aspectos. Desde nativos en tapa-rabos en el medio de la selva hasta los ajetreados hombres y mujeres de la metrópolis podemos ver a la humanidad en todo su esplendor. El documental se cerciora de mostrarnos las diferencias en las vidas de todos estos seres muy diferentes que caen bajo el renglón de “ser humano” y todo sin diálogo. En vez usa la música de fondo, a demás de sonidos de la ciudad y de la naturaleza, para comunicar los sentimientos de los sujetos que caen bajo el lente de la cámara.
             
Se puede apreciar como la música del documental llena el espacio vacante que deja la falta de diálogo mediante los cambios que toma a través del filme. Cuando la escena está situada en una selva o una sabana, que no están muy poblados ni llenos de edificios, la música se torna lenta y da un sentimiento de tranquilidad. Contrastando a esto la mayor parte de los momentos en las ciudades estaban llenos de energía con música y sonidos más atonales. Se podía apreciar la vida y el caos de la ciudad a través de esos sonidos de carros y de maquinas que hacían parecer que nuestras ciudades eran un panal de abejas. De todas formas esta ley general no iba sin sus excepciones dentro del mismo documental. Los edificios majestuosos y grandes presentados en el documental eran acompañados por música serena sin importar que estuviesen situados en una ciudad o en el medio de la nada. De la misma forma cuando se mostraba una aldea en celebración la música se mostraba más alegre y enérgica reflejando el sentimiento de los aldeanos.          

El documental presentaba también otro excelente contraste entre nosotros los humanos. Al igual que estamos propensos a crear grandes ciudades y formar sociedades complejas con poblaciones infladas y cientos de edificios de vivienda para acomodar a estas también tenemos la capacidad de vivir en un entorno más simple sea frecuentando templos, lavando nuestra ropa y bañándonos en un río, y mostrando nuestro conexión a distintas tradiciones y creencias. También se evidencia en el documental la mezcla de estos dos elementos cuando se muestran ciudades de edificios bellos y detallados que tienen un poco del bullicio de la ciudad, pero a la vez mantienen la habilidad de inspirar serenidad con sus obras(los edificios) o la misma gente que los habita. El documental mostraba, incluso, a una comunidad en donde lo que parecían ser soldados armados rondaban con impunidad por las calles y otros vendían armas en el medio de un parque. Esto demuestra como tristemente hay otros humanos que tienen que vivir con el medio de que una fuerza foránea los ataque o si no que sus mismos defensores(los soldados) los desamparen o incluso sean la causa de sus problemas.

En fin el documental a través de sus imágenes, sonidos y música nos presenta como las personas, sus estructuras y obras pueden comunicar una idea o sentimiento en particular. Cuando enseñan a un mono al principio del filme este no comunica nada solo está parado a diferencia de los humanos que sin tener que decir una palabra dan, en el documental, un sentido de su cultura y a veces hasta de una idea ha expresar. Dependiendo en la cultura y el lugar esta “idea” va a ser diferente, pero siempre va a estar presente ya que es parte de lo que es la humanidad.