Plasmar una estructura en su debido espacio lo define dentro de la “inmovilidad substancial” y le da la transcendencia artística que se merece. El lugar o solar se ve simplemente como el sitio en donde se va a poner la estructura y no se considera como otro detalle, otro material o en algunos casos el propósito mismo de la obra. Esto es un error inherente en los actos pasados de nuestras sociedades y algunos constructores, digo constructores porque el arquitecto debería promover el uso de la naturaleza como obra. Algunos como Rafael Moneo se aseguran de considerar a los alrededores de su obra y usar el paisaje como una extensión de ella.
Si pensamos en términos “inmovilidad substancial” estamos listos para comprender que el suelo tiene su propia identidad. Como se piensan ahora estos espacios ya no tienen sus propias matices y significados complejos, se definen solo por lo que está encima de ellos. Si tu “lugar” contiene un bosque, lo cortas y haces diez edificios sin individualidad como obra, pero uniformes en su afronte a la arquitectura y la naturaleza. El paso a seguir seria encontrar una forma de integrar a ese bosque a los planos de tu edificio. ¿Se haría un jardín dentro del mismo edificio? ¿Sería el bosque parte de la vista y por ende parte del atractivo del edificio? Todas cosas que se deberían considerar cuando un arquitecto va a hacer a un espacio suyo, pero sin dejar de reconocer la identidad del “lugar” mismo.
En la arquitectura siempre se debe considerar al lugar muchas veces ignorado por los constructores y personas que ordenan la construcción de tal o cual edificio. Este representa el primer y último detalle de la obra ya que estas cambian depende en donde se construyen y solo si se acoplan a su alrededor es que logra el nivel deseado. En fin en un mundo donde la globalización pide uniformidad y conformidad al medio ambiente, la arquitectura renueva espacios sin quitarles su identidad. En vez de moldear al ambiente, dañándolo en el proceso, se moldea a la obra para que complemente al lugar en donde se hace logrando así la “inmovilidad substancial”.
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